El futuro de la energía solar: estaciones espaciales

El futuro de la energía solar: estaciones espaciales

26 de enero de 2019 by

Las energías renovables, como la energía solar, son cada vez más solicitadas en el camino de los países hacia la descarbonización. No es de extrañar que se busquen soluciones para sacar el máximo partido a la luz solar. Es sabido que China es uno de los mayores productores de energía solar del mundo. Durante el año 2018, instaló el equivalente en producción a diez centrales nucleares en energía fotovoltaica. Su carrera hacia la descarbonización han convertido a China en uno de los mayores productores de paneles solares, atribuyéndoles el 60% según datos de la Agencia Internacional de Energía ¿Dónde esta el futuro de la energía solar?

¿Qué se necesita para producir energía solar?

Hay varios factores importantes que son necesarios para producir energía fotovoltaica. El que más peso tiene es encontrar el espacio idóneo donde colocar las plantas solares. La ubicación debe estar en zonas con gran presencia de luz solar como por ejemplo los desiertos. Precisamente es en el desierto de Tengger (Mongolia) donde China tiene la mayor planta de energía solar o más conocida como «La Gran Muralla China del Sol» con una extensión de 1.200 kilómetros cuadrados, cubriendo un 3,2% de la superficie de este territorio.

 

El futuro de la energía solar: estaciones espaciales

¿Cuál es el futuro de la energía solar? Próximos pasos

Una vez más China está en la búsqueda de soluciones innovadoras para conseguir mayor productividad. Su próximo proyecto consiste en la creación de una estación solar en el espacio. Qué mejor ubicación que una línea directa con el sol sin las barreras que encontramos en la Tierra. Aquí la energía solar se reduce en gran medida por la noche, la cubierta de nubes, la atmósfera y la estacionalidad. Un 30 por ciento de toda la radiación solar entrante nunca llega al nivel del suelo. Una instalación espacial podría capturar la energía solar y enviarla a la Tierra sin encontrar estas interferencias. Y lo que es más importante, sin el parón que supone la noche, una estación solar de funcionamiento ininterrumpido. En el espacio, el sol siempre está brillando, la inclinación de la Tierra no impide la acumulación de energía y no hay atmósfera para reducir la intensidad de los rayos del sol.
Un paso más hacia la conquista del espacio y lo que nos ofrece.

Los plazos no son demasiado largos. Se planea lanzar la primer prueba al espacio en 2025, y otra más grande en 2050. Sobre todo, habrá que plantearse si la energía solar obtenida en el espacio se puede usar de la misma manera que la obtenida en la Tierra.

¿Cómo funciona?

La idea de capturar la energía solar en el espacio para usarla como energía en la Tierra ha existido desde el comienzo de la era espacial. Sin embargo, en los últimos años, se han logrado recientes avances tecnológicos podrían hacer de este concepto una realidad. EEUU planteó la idea de es a través de los satélites de autoensamblaje junto con reflectores y un transmisor de potencia de microondas o láser la manera idónea de captar la energía. Los paneles convierten la energía solar en un microondas o un láser, y envían energía ininterrumpida a la Tierra. En la Tierra, las estaciones receptoras de energía recogen el haz y lo agregan a la red eléctrica.

El principal problema que se encontró es el coste que supone mandar al espacio estructuras tan grandes capaces de captar la energía. China está pensando en utilizar la impresión 3D para crear y construir las plantas en el espacio, para así no tener que lanzar desde tierra los satélites. Las plantas captarían la energía solar con células fotovoltaicas y la transferirían a antenas que transmitirían microondas o radar a tierra. Unas estaciones receptoras convertirían las microondas en electricidad, con la que se podrían impulsar coches eléctricos, según los medios de comunicación del Estado.

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